martes, 11 de agosto de 2015

No jugaré a ser tu príncipe azul

No jugaré a ser tu príncipe azul.
Te querré. 
Te querré tan puro como soñaste.
 Te acompañaré en silencio cuando apetezca.
 Sabré regalarte momentos brillantes. 
Sabré dejarme arrastrar por tus antojos y detener tus portazos, pero no jugaré a ser tu príncipe azul. 
No seré un personaje de guiñol con corazón humano y lealtad perruna.
 No seré la manopla de tu puño ni el testaferro de tus caprichos, no.
 Definitivamente, no. 


No jugaré a ser tu príncipe azul, esos no saben amar! y no te confundas, yo, no soy ciego ni esclavo de tu belleza y tu compañía. Yo sé de tu egoísmo y soy consciente de que no me ofreces todo lo que necesito. 

Me falta de ti, por ejemplo, que vengas a revolcarte por el césped y no te importe mancharte o rasgarte esos conjuntitos que orgullosa me enseñas y que, en verdad, te quedan tan bien. Pues te sabes vestir para cumplir con tu repertorio de posturitas de: "Ay! ay! que me ensucio" o "ay, cuidado que es un pantalón blanco". Me falta de ti que dejes de mascar esa porquería de chicles de eucalipto y empieces a fumar como dios manda tabaco negro español y que dejes de recriminar mis malas costumbres y de fijarte en la mancha alquitranada de mis dientes. Me falta de ti que bailes los atávicos ritmos electrónicos, "ruidos" dices. Y verte sudar mares de satisfacción y mente en blanco y verte empujar a golpes por el oleaje incontrolable de la marabunta danzante hasta perderte sin importarte. 

Me falta de ti que te apetezca ahogar las penas en litros de alcohol un martes cualquiera por la noche en aquel bar donde van todos los desamparados los martes cualquiera por la noche. Me falta de ti que abraces a mis amigos cuando no te veo. Que quieras serme infiel sin decírtelo a ti misma y que tenga que controlar cada movimiento que haces, y con quien vas, y porque te sientas aquí y no en una mesa llena de machos fuertes, de sosos, de quitarte las bragas a tirones! Me falta de ti que quieras devenir puta por una noche y te dejes follar como en mi perversa imaginación desea, eso es. Sin dureza. Con todo el romanticismo del mundo, y te pueda acariciar los pechos y decirte a la oreja lo bonitos y tersos que los tienes y decirte que me ponen de un caliente... 

Me falta de ti que empieces a ir por la calle sin esa arrogancia que te hace insoportable a primera vista y que consigue que cada vez que te veo me recuerdes por un momento una princesa rusa salvada de milagro de manos bolcheviques. Pf. Me falta mucho de ti. 

Muchas cosas que no me sabes, no quieres, no puedes dar. 

Y es por eso, quizás que te quiero. 

Que puedo esperar con ansía al momento de verte, me regalas tanto que aprender y tanto que disfrutar. Yo. Solo. Descansando de ti y de lo que te falta. 



Marçal.Font.








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