Dicen que el mundo esta lleno de idiotas. ¿Pero que es un idiota? Acaso no somos todos, no tenemos una parte de idiota callado, silenciado dentro de nosotros, acaso no hay veces en las que nos sentimos inútiles, inservibles, ineptos, incapaces, estériles de la sociedad en la que no nos encontramos ni encontramos nada con lo que mutilar nuestro "yo" más secreto, taciturno y temeroso de miradas cargadas con balas de fogueo, que no matan pero hieren.
Que no hieren, pero marcan.
Que no marcan porque en teoría no nos importa lo que los idiotas digan con los proyectiles de su mirada sobre nuestro yo visible y resumido en maquillajes sobre caras, en niebla espesa sobre el alma, en colirio, en zapatillas caras y pantalones estrechos... Aunque sepamos que una parte de nuestro miserable, inicuo y despreciable "yo" universal sufre, enferma y muere con cada mirada que implica soportar las críticas implícitas ya en sus ojos, en soportar los "mira que ojos lleva" que nos suenan como el eco de un disparo en medio de la calle, como si desapareciera la gente mientras te desangras agonizando por la bala clavada en tus rojos ojos.
Quizás sea yo el idiota.
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